RABÍ NISIM EL EGIPCIO

 

Una vez, vivía en Jerusalén un hombre muy piadoso pero muy pobre. Todos sus vecinos sabían que no tenía qué comer y le ofrecían comida. Pero él los rechazaba diciendo: "Yo no acepto nada de seres humanos. Dios va a tener misericordia conmigo y me proveerá de todo lo que necesito".

 

Pasó un tiempo cuando, justamente antes de Pésaj, este hombre piadoso ganaba mucho menos que usualmente. Todo el pueblo de Jerusalén ya había comprado su matzá, huevo, vino, pollo, etc., para celebrar dignamente la fiesta, pero el hombre piadoso no podía comprar nada. Su familia empezó a quejarse, llorando: "Todos los otros judíos están alegres y felices en Pésaj, pero nosotros debemos pasar hambre".

 

El hombre piadoso, conmovido por la tristeza de su familia, decidió ir al mercado y tomar algún trabajo, ganar un poco de dinero para que pudieran celebrar la fiesta como corresponde.

 

En el mercado se encontró con un hombre viejo y muy alto, con barba larga y vestimenta muy linda, que le dijo:

 

"Yo no soy de aquí. Soy un extranjero. Vengo de un país muy lejano y quiero celebrar Pésaj en Jerusalén. Si tú me posibilitas celebrar la fiesta en tu casa, yo te doy todo lo que sea necesario para que tu mujer pueda preparar comida para todos nosotros".

 

El hombre piadoso aceptó el dinero y le preguntó su nombre. Este le contestó;

 

"Mi nombre es Rabí Nisim el Egipcio. En Erev Pésaj, yo voy a tu casa".

 

Así que el hombre volvió a su casa y toda la familia empezó con los preparativos para el Séder.

 

Vino Erev Pésaj, pero el extranjero no llegó como lo había prometido. Entonces el hombre piadoso, vestido con su traje de fiesta, volvió al mercado, pero no pudo encontrarlo. Pasó por todas las calles y entró en cada casa preguntando: - "¿Han visto ustedes a un hombre viejo, que llegó a Jerusalén de un país muy lejano?"- Pero nadie lo había visto. Finalmente, perdió la esperanza de poder encontrarlo y por la noche, fue donde el Rabí de Jerusalén y le contó lo que le había pasado. El Rabí le contestó lo siguiente:

 

"Ese hombre viejo era el Profeta Eliyahu. Vino a ayudarte, y su nombre, Nisim el Egipcio - Nisim en hebreo significa milagros - se refería al milagro que pasó a nuestros antepasados en Pésaj, cuando han podido salir de Egipto."

 

Según algunos de nuestros antiguos sabios, hay dos tipos de milagros: uno grande, lo que nos pasó a todos nuestros antepasados al haber salido de la esclavitud egipcia. Pero hay otro, más pequeño que ocurrió a esta familia, y que representa la confianza que siempre tuvieron nuestros antepasados en el Profeta Eliyahu que - según la tradición popular - socorre a los necesitados en todas las épocas, se presenta en los hogares judíos donde se celebra la fiesta.

 

 

 

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