"DIME CON QUIÉN ANDAS Y TE DIRÉ QUIÉN ERES"
Un hombre de condición económica muy modesta tenía tres hijas casaderas y estaba muy preocupado, porque no sabía cómo darles dote. Por eso se fue al rabino de la ciudad para pedirle su consejo.
El rabino le dijo: - "Vete a Londres, busca al señor Rotschild y pídele, que te ayude. Todo lo que puedo hacer es, conseguirte la suma necesaria para pagarte el viaje y la estadía por algunos días en Londres."
El hombre, siguiendo el consejo del rabino, viajó a Londres, se presentó donde el señor Rotschild y dio su nombre. Este, al ver que el hombre parecía ser honesto y de buenos sentimientos y modales, decidió ayudarle. Le compró un traje muy elegante y al día siguiente, lo hizo subir a su coche y lo llevó consigo a la bolsa. Allí, los dos se metieron a hacer un tour.
Los agentes de la bolsa, viéndolo al lado de Rotschild y creyendo que él también era un gran financista, empezaron a sugerirle la compra de ciertas acciones.
Mirando a Rotschild que le estaba haciendo señales afirmativas con la cabeza, él empezó a comprar lo que le estaban proponiendo y, al fin, resultó que había comprado un buen número de acciones.
El hecho de que el "amigo" de Rotschild había comprado tantas acciones, hizo su efecto en los agentes de la bolsa y el precio de aquellas acciones subió casi hasta las estrellas.
Cuando los dos volvieron a la casa Rotschild, éste le dijo -"Ahora ya puedes vender las acciones que compraste, porque la diferencia del precio entre lo que las compraste y que las vas a vender, ya te dará una suma bastante importante. Eso te permitirá poder casar a tus tres hijas decentemente.
Así el rabino, sin entender mucho de asuntos financieros, dio un consejo bueno que solucionó la situación.
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