EL DIQUE DE ARENA
Unos cuantos muchachos jóvenes, sentados un día en un café, estaban conversando y comentando que los viejos ya no sirven para nada, y que no deberían ser mantenidos, así no más. Habría que expulsarlos de la ciudad.
El rey Salomón, quien justamente estaba paseando al lado de ellos, al haber escuchado eso, regresó al palacio y mandó llamar a todos los muchachos de la ciudad, pues quería verlos. Cuando los jóvenes llegaron ante él, les dijo, en un tono muy firme: - "¡Realmente, tienen razón! ¿Qué están haciendo aquí esos viejos? ¡Debemos expulsarlos de la ciudad!"
"¡Bravo!"- le dijeron los muchachos a Salomón. - "Nosotros estamos pensado lo mismo."- Y así se hizo.
Pero uno de los jóvenes que quería mucho a su padre, lo escondió en la mansarda de su casa y le llevaba todo lo que necesitaba para vivir: comida, agua, y todo lo demás. Así vivió el padre, durante un mes.
Un mes después, Salomón llamó una vez más a los muchachos y les dijo: - "Dentro de un mes, prepárenme un dique de arena. Si éste no fuera terminado dentro de este lapso de tiempo, voy a meterlos presos, a todos".
Naturalmente, los muchachos no tenían idea alguna, cómo se hace un dique de arena. Estaban desesperados de susto. Trataron de hacerla de todas las maneras que les parecían posible, pero sin éxito.
El joven que escondió a su padre, estaba tan triste que se olvidó de él durante un día y lo dejó sin comida y sin agua. Después de estos días, cuando subió para atenderlo, le dijo el padre: - "¿Qué te pasó, que durante tanto tiempo me dejaste sin comida y sin nada?" - Y el hijo le contó lo que el rey les mandó a hacer, bajo pena de prisión.
Le dijo el padre: -"¿Pero, es sólo eso? En el momento apropiado, te voy a explicar, cómo se hace el dique de arena."
Lleno de alegría, el muchacho corrió donde sus amigos y les dijo: - "Yo voy a mostrarles, cómo se hace un dique de arena."
A la hora cuando el Rey iba a recibir a los muchachos, subió el joven donde el padre y le dijo: - "¡Padre! ¿Cómo se puede hacer una represa de arena?"
"Hijo mío, tienen que preguntar al rey, ¿qué tipo de dique quiere?" - Y le dibujó la forma de un dique muy sencillo.
El hijo le contestó al padre: - "¿Eso es lo que me ibas a hacer? Si no lo sabías, ¿por qué me dijiste que me ibas a enseñar?"
Y el padre contestó: - "Tienes que decir eso al Rey. Verás, que eso bastará."
El hijo se fue con todos los muchachos delante del Rey y se escondió entre ellos, pero sus amigos empezaron a decirle: - "Pero tú dijiste que ya lo sabes. Dile tú al Rey, ¡cómo se hace el dique de arena!"
El joven, lleno de vergüenza, se acercó al rey y le dijo: - "Es verdad. Señor Rey, que mandaste a hacer un dique de arena, pero no nos dijiste, qué tipo de dique quieres."
Le contestó Salomón: - "¿Quién te dijo que me preguntes eso? Esta idea no viene de tí."
*
Le respondió el joven: - "Sabes, Rey mío, yo no expulsé a mi padre de la casa. Lo escondí en la mansarda y él me dio éste consejo."
"¡Ah! ¡Bravo!" - dijo el Rey - "Ven ustedes, cómo se necesitan a los viejos. Los muchachos jóvenes tienen la fuerza, y los viejos la sabiduría. Vayan y tráiganme a todos los viejos de los campos, pues ustedes los precisan mucho."
Todos los muchachos comprendieron que el Rey tenía razón, y trajeron a casa a sus padres.
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